viernes, 9 de marzo de 2012

De las desdichas

Un día ya no seré capaz de contener todo el mugrero de cosas que he plasmado aquí, quizá ese mismo día mis dientes me reclamen todo el mugrero de cosas que les he hecho morder, sentir, probar..., pero en definitiva espero que no me llegue el día donde pase horas extras en el trabajo sin deseo, que me apresure por ver a un chico y deje de lado a mis seres queridos, que mi vida social me absorba tanto como para no dejarme disfrutar de mis ratos a solas, o los días en que padezca de algún vicio en vez de gozarlo y que el celular no sea un medio de comunicación sino una forma de vida.

Todo esto porque...

Des-afor-tuna-da-mente... mis días ya son de buscar una voz que haga eco a mis voces y no encontrarla, de fotografiar curiosidades que me encuentro y coleccionarlas, cual Maga de Cortázar, para desecharlas al paso del tiempo... también ya son de notar que no tengo pasado, ni presente, ni futuro sino anacronismos vagos, por último, son días de caminar por las calles de la ciudad, esperando sentir el frío y consumiendo el aire sucio de Monterrey, al tiempo que busco lugares donde esconder el esqueleto de mi soledad.

A-for-tu-na-da-men-te... mis días son de decadencias, de espirales inversos y sobretodo de disfrutar las tardes a solas, y entonces me pregunto, ¿es lo que quiero o es que no me quedó de otra?



Saludos a una chica rara, gracias.