lunes, 11 de abril de 2011

Infierno


Un par de cuerpos infieles se tiñen de sangre, un tercer cuerpo llora por ver su vida destruida. Pero me preguntan entonces, ¿Qué ocurrió aquí Liz?

Pues bien les cuento. Había una pareja feliz, con una vida feliz, llena de amor, sin carencias. Pero entonces uno de ellos fue tocado por eso que tiene la naturaleza, eso que no sabemos si es la marca de la casualidad, de la vida siendo vida o el mismo demonio; entonces su hasta ese día vida perfecta se derriba.

Comienza para uno de ellos la aventura de un amorío "casual", pasajero, todo terminará.

Entonces ¿porqué no termina?

Las pasiones humanas nos derriban, el gusto por el placer, por la aventura, por la misma maldad. El sabor de la victoria de estar en labios de otro, en brazos de otro, en la cama de otro. Lo ajeno y robado. ¡Ah hombres! ¿Porqué sucumbimos siempre ante las cosas más vanas pero brillantes?

Ese amorío ya no tan casual, comienza a absorber la vida de aquella persona, se convierte de una adicción a una terrible enfermedad que rompe la vida perfecta que tenía. Pero aún puede dormir.

Todo está bien, pero esperen, había alguien más ¿no? Ese que fue engañado. ¿Qué será de su pobre corazón roto? Pues vamos a describirlo, conceptualizarlo con palabras sutiles: Engaño, dolor, tristeza, angustia, duda... duda... Pero ningún ser humano puede vivir con dudas (al menos no uno que se precie de serlo)

Sale en búsqueda de respuestas y las encuentra, porque del cielo a la tierra no hay nada oculto, no hay misterios del universo, tan sólo lagunas de conocimiento.

Pobre pequeño corazón... Hace tiempo que ya no eres joven y que ya no generas el interés que solías hacer; ya no causas excitación alguna, tu cuerpo viejo, conocido por todos lados, desgastado por los años, ya no es ninguna novedad. Tus curiosos modos de actuar ahora son tan previsibles, tus gestos se convierten lentamente... en Tedio. Y tu esfuerzo por una vida perfecta es tan sólo, esfuerzo.

Triste realidad.

Ve a buscar a la tercera persona, esa que te robó todo lo que tenías... No, ese que tiene todo lo que tu no tienes. Ve, reclámale haber convertido tu vida en un infierno, tu paraíso en el destierro.

Mírale, parece tan joven y feliz. Tan buena salud y tono, quizá es mejor que tú en la cama. Es tan condescendiente, tan superior a ti que hasta se da el tiempo de conversar. Su cara de bellos ojos y sonrisa tentadora te responden cariñosamente todo lo que le quieres preguntar, ni se inmuta. Su vida es tan sencilla siendo "la otra persona", no pasa todo el día tratando de ser perfecto, tan solo acepta su imperfección.

Pero la pareja perfecta ya no es pareja, los recuerdos que eran de uno ahora son del otro.

Y de nuevo aparece, ese mal consejero que es el estremecer del corazón humano. Los celos, la ira y... ¡Boom! Un cuerpo menos que oxigenar.

Tras este paso la vida no volverá a ser igual, justo como una bola de crista... rota.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la irremediablemente imperfecta y caprichosa condicion humana. como la detesto. nunca somos suficiente para nadie, ni para nosotros mismos.


...un minuto de conciencia justo antes de morir te puede dar alas, el final de lo finito. ahora todo es eternidad.